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Seguir leyendoQue rápido es acostumbrarse a algo… y no lo digo a la ligera, según un
estudio encabezado por la doctora Phillipa Lally en la University College
de Londres, el promedio de tiempo que toma automatizar un hábito es de 66
días, aunque varía entre 18 a 254 días… pero bueno,
incluso en el peor caso, los 254 días… resulta un número muy pequeño comparado
con la esperanza de vida de una persona al nacer que, según los Índices e
indicadores de desarrollo humano fue de 72.2 años para el 2017, así que
haciendo un poco de matemáticas… necesitamos por mucho un 0.96%, y en promedio
un 0.25% de nuestra vida para formar un hábito, para automatizar algo.
Nota: Cursar la primaria es el 8.3% de una vida.
Vamonos de viaje
Quieres ir de paseo, vas a un lugar que quizá no conoces, te subes al transporte (avión, tren, autobús, carro) y te pones a pensar en las cosas que dejas, que vas a extrañar, pero espera… tú quieres ir, ¿verdad?, ¿o una parte de ti ahora no está tan convencida? No importa, igual ya estás ahí, te queda disfrutar del viaje y pensar con ilusión en que vas a encontrar, que vas a aprender.
Llegas a tu destino
Te estableces y comienzas a acostumbrarte al nuevo entorno. Quizá, si ese paseo dura más de 2 meses, te adaptarás al lugar al que viajaste, te acostumbrarás a despertar en el mismo entorno que aunque diferente, comenzará a sentirse familiar, seguramente vas a convivir con las mismas personas, y realizar actividades que en determinado momento llegarán a formar parte de tu vida o al menos de ese viaje, porque después volverás a casa… ¿cierto?
Bueno, ya te acostumbraste, ¿qué va a pasar cuando regreses?, ¿qué personas seguirán ahí esperandote?, ¿habrá cambiado mucho el lugar donde vivías?
Volver
“Que exageración, solo fueron poco más de 2 meses”, pero igual se siente como una eternidad, cuando llegas a casa tienes, como mínimo, que desempacar las maletas, saludar a las personas que hace tiempo que no ves y buscar esos pequeños cambios que aunque no hayas querido, sucedieron. Pasará al menos un tiempo antes de que te adaptes de nuevo a tu casa, y seguramente vas a recordar los momentos bonitos que viviste, quizá lejos de sentirte feliz por regresar, te sientas triste por haberte ido de allí, en fin, que es todo un proceso y justo aquí encontré una analogía muy interesante de esto:
El proceso de readaptación es como meter tu mano a una pecera. Metes la mano con fuerza y el agua se abre, todo se mueve y los peces que están dentro no saben que está pasando sin embargo sienten el cambio y no saben cómo reaccionar, después ya que entró tu mano todo vuelve a la normalidad, como si no hubiera pasado nada el agua vuelve a su ritmo natural, los peces ni te pelan y se vuelve a repetir el proceso cuando sacas la mano.
Pues nada, que viajar es muy bonito y todo y cuesta trabajo porque luego viene la readaptación, pero no pienses tanto en eso, que según muchas personas que viajan, vale mucho la pena, eso sí, depende en gran parte de cuales son tus razones para viajar y que tanto quieres hacerlo, ¡pero hey! Eso lo dejamos para otra divagación.